Uno de los síntomas más comunes son: Pesadez de piernas, calambres, tobillos hinchados, etc. Antes de que estos síntomas vayan a más, es mejor acudir a un angiólogo, sobre todo si en la familia hay casos de varices o arteritis. El factor hereditario es muy importante.
Síntomas de mayor atención
El problema de pesadez en las piernas que se manifiesta a lo largo del día, una sensación de quemazón, los tobillos con tendencia a hincharse, hormigueo durante un periodo de inmovilidad largo, son síntomas que indican un mal funcionamiento de las venas. Son molestos pero no tienen carácter de urgencia. Es el caso, por ejemplo, de la aparición, cada vez más visible con la edad, de venas superficiales bajo la piel, sin embargo, estas no siempre son varices.
Por el contrario, hay que inquietarse si la pierna está hinchada y duele, a veces con zonas enrojecidas y sensación de calor: pueden tratarse de las primeras señales que advierten de una flebitis; ser los posibles síntomas de una inflamación causada por un coágulo en una vena profunda.
Cómo prevenir
En caso de tener algún factor de riesgo siempre es conveniente acudir con regularidad a un angiólogo. Las personas que ya han sido tratadas por un problema de circulación pueden hacer una visita de control cada que el médico indique, en la que el médico practica un doppler. Se trata de un examen indoloro en el que se valora la función circulatoria. Visualizando los vasos sanguíneos y analizar a la vez la forma y su contenido.